La semana sin Fin

No se que yo me siento a este momento. Me siento nada. Me siento nada para mis padres. Me siento como estoy deslizamiento por un pasillo gris interminable. En este pasillo hay fotos en la pared. Fotos de mi vida. Fotos de mi vida que pasa antes de mi ojos. No estoy viviendo, estoy mirando a mi vida mientras pasa. No participo. Soy un espectador. Porque me aparece que mis padres están controlando mi vida. Por que debo que vivir sus vidas. No es justo. Los oído. Los oído a mentirosos. Me dijeron que me aman pero es una mentira. Lo aman a el dinero que reciben de mis padres verdaderos. Cada noche, me acuesto en mi cama y miro hacia el techo y no puedo detener las lágrimas de caída. No puedo detener pensar de todos mis memorias. Mi primero palabra que yo dije fue “madre” pero debería haber sido “mentira.” Acuerdo cuando mi padre me enseno como montar una bicicleta, debería haber mantenido montando. Me encanta este poema porque yo puedo relacionar lo.

Detrás de la cortina

Detrás de la cortina hay un mundo de calma,
detrás del verde espeso
el remanso,
la profunda quietud.
Es un reino invocado, su silencio.
Desde el espectro líquido
de otro mundo,
desde otra realidad de sonidos dispersos; desde otro tiempo
enmarañable, me llaman.

-Coral Bracho

Me doy cuenta que tengo que salir muy pronto. No puedo vivir como la presente. Voy a conocer un coyote que puede llevarme a través de la frontera. Yo tengo el dirección de mis padres en los Estados Unidos, y ahora lo único que me falta es dinero. Pero voy a obtenerlo. Nunca he sido mas determinada.